Damas Flamencas

Viernes 20 de Octubre, doble acontecimiento flamenco en Madrid. Por un lado, a las 20 horas, en la Casa de Granada de Madrid, se rendía homenaje a la que ha sido una de las figuras femeninas del Cante, María Vargas. Junto a la Peña Flamenca El Duende, e integrado dentro del Ciclo de Conciertos «Manuel de Falla», un manojo de artistas de Sanlúcar vinieron a dar tributo a su Tata.

Comenzó el acto con la presentación de José Manuel Hernández, programador del ciclo y las palabras de Paco Catalán, presidente de la Peña el Duende, que nos ponían en antecedentes de lo que íbamos a presenciar. Salió María a saludar y a agradecer el acto y la presencia de todos, muy emocionada. Tras un emotivo vídeo comenzaba Antonio Harana Sallago recitando un poema de José Gallardo dedicado expresamente a la Vargas. Y tras ello, comenzaba el recital por Tientos Tangos. La tarde era conducida por Mariuca Cano, íntima amiga de la cantaora, y autora del libro «María Vargas, Quejío y Compás», que fue desgranado con cariño entre artista y artista y adjudicaba en bloques de la vida de la artista las diferentes actuaciones.

Era el turno de Naike Ponce, especial donde las haya, con su voz rota cantó a la Tata por Bulerías, interpretando algunas de las que ella suele hacer, llenando el recital de personalidad. Naike es diferente, es auténtica y siempre pone una nota de color al escenario al que sube.

La «Niña de San Judas» se tiró por Granaínas arrancando olés del respetable. Y no podían faltar los cates de Cádiz, para ello, Caridad Vega, que tiene una gracia especial por Cantiñas y supo dejar un poquito del mar en la capital. Muy emotiva la intervención de Laura Vital por Fandangos dedicados a la homenajeada. El final de esta primera parte tenía que ser por Seguiriyas, tan características de la familia Vargas, del padre de María y para interpretarlas, la otra María de Sanlúcar, María Mezcle, que llenó de jondura la sala. Breve descanso, cambio de vestuario y el Cante de la homenajeada para la segunda parte acompañada al igual que sus compañeros por el toque de Pepe Núñez. Como siempre dejándose el corazón, y aunque algo constipada, la potencia vocal de María está en plena forma. Es un auténtico honor poder seguir disfrutando de una de las grandes figuras del Cante Flamenco. Gracias a los organizadores por darle su sitio. Bonita celebración que culminó con un vino y una pequeña reunión entre artistas y afición.

Corriendo nos fuimos a Casa Patas, pues nos esperaba otra grande, esta vez, del Baile, «La Tati». Dentro del ciclo «Bota y Tacón» programado en el Tablao, y con muchas ganas ya que llevaba 30 años sin bailar en este tipo de espacios escénicos, nos acercábamos a ver a la madrileña pues sabíamos que nos esperaba un rato muy especial. Un viaje en el tiempo, en la forma de bailar, con la sutileza y fuerza necesarias para poner en pie varias veces a un público entusiasmado. El cuadro artístico formado por los guitarristas Juan Serrano y Basilio García, el cantaor Manuel Gago que en su cante por Malagueñas destacó y emocionó profundamente, el laúd de Hesham Essam que arrancó por Granáinas soldando en un cuerpo a Egipto con la flamencura, y las palmas de Miguel Téllez, que remató el espectáculo con su baile por Bulerías. Todos ellos supieron acompañar y llevar a la Tati en volandas, que bailó por Soleá y por Tangos, dejando esa esencia y marca registrada de un flamenco castizo, con ese toque chulesco tan propio de ella y ese meneo en los Tangos capaz de dejar a Shakira por los suelos en su manejo de las caderas. Ni siquiera el imprevisto cambio de zapatos de última hora la hizo flaquear. Las tablas de esta artista se hacen sentir incluso para alguno de los visitantes al tablao que no la conocían. Pues había entre el público un grupo de personas, ingleses, que luego nos preguntaban entusiasmados, «Ella es una figura importante, ¿verdad?». Y es que da igual el paso de los años, la que tuvo, retuvo y la más pura esencia del baile de un tiempo, que tanto echamos de menos por sus formas, volvió a subir a un escenario para beneplácito de todos los allí presentes.