Noche de verano, casi casi Septiembre ya, para poner broche de oro al Festival La Isla Ciudad Flamenca, cartel de lujo en un lugar emblemático, la Venta Vargas, así que el marco era incomparable y con un lleno absoluto, familias enteras ansiosas por disfrutar de una velada de las de recordar, Antonio Reyes y Diego del Morao, la dulzura y el compás.
Como telonera, la hermana de Antonio al cante, Remedios Reyes, que precedida por una entusiasta presentación de Enrique Montiel, hizo un recital acompañada a la guitarra de Vicente y con el compás de Tate Núñez y Diego Montoya. Acordándose de Camarón y de La Susi, especialmente por Tangos y Bulerías, aunque también se escucharon Fandangos. En sus aires festeros Remedios acompañó su cante de su arte bailando, con lo que levantó a los allí presentes.

Tras un breve descanso y casi a las dos de la madrugá, hora flamenquísima, subían al escenario los grandes protagonistas. Su repertorio fue el del disco grabado en directo en el Círculo Flamenco de Madrid, con pequeños cambios en las letras pero con fidelidad casi al cien por cien a éste.
Comenzando por Soleá, en seguida se metieron por cantes de la tierra, Alegrías, con el carácter tan marcado del cantaor, que las templa despacito, con muchísima finura. Por Tangos defiende su arte cantando a la Marelu para arrancar el clamor del respetable por Seguiriyas, aplaudidas en su cante y en el Toque, no olvidemos que Diego es el escudero perfecto, y aunque como solista es brillante, lleva la herencia de padre, sabe acompañar sin hacerse casi notar, para que el cantaor no pierda protagonismo, aunque es casi imposible llamarse Diego del Morao y no destacar. Sublime en las Seguiriyas y sublime por Bulerías en las que recordaron a Lole y Manuel, con su «Todo es de Color».

Bis, por Fandangos, por supuesto!Es que son indispensables en la voz de Reyes. Para rematar la noche, Fin de Fiesta en el que Antonio pidió a su hermana que volviera a subir al escenario y también a Estrella Monge y Luisa Muñoz que andaban por allí. Fiesta gitana! La tímida pero melosa voz de Estrella, que acompañó de baile, dando todo su sentir en un escenario tan imponente; de nuevo el aire festero de Remedios, lleno de soniquete, y la sola aparición de Luisa Muñoz en esas tablas, con su belleza, su gitanería, su raza y su transmisión, que nos dejaron con muchísimas ganas de disfrutar pronto su próximo espectáculo, «Valentía», terminaban una noche llena de luz, de miel, de armonía y de compás!

Fotos de Juan Luis Monge.




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