Pocas veces se da la oportunidad de vivir de una forma tan especial un recital de Cante y guitarra, de manera íntima, en un local con forma de cueva y muchísimo encanto, con una cabida de 40 personas si llega, se trata del Restaurante Casa María, sito en la misma Plaza Mayor de Madrid, que anoche acogió al arte más puro jerezano, Don Fernando de la Morena.
De este cantaor, Antonio Gallardo Molina escribió el siguiente soneto, que refleja exactamente la talla del artista que estamos tratando:
«Esa luz manjinera que se asoma
en la piel de Fernando a cada poro
añorando la sillería del coro
acristiana los labios de Mahoma.
Siendo luz, es un néctar que se toma
como sangre espesísima del toro.
Y agitana esa luz el patio moro
y la fuente, y la cal, y la paloma.
Tiene voz y color. Color de antaño
con reflejos de menta y yerbabuena
aromando las hojas del castaño.
Luz y voz y color…El sol estrena
bulerías y tientos que hacen daño
cuando canta Fernando de la Morena».
Y dicho ésto, entremos en materia de lo que fue el recital:
Empezó la cosa por Trilla, «Dale Mula», inmersa en su disco «Jerez de la Morena», un cante casi perdido, con origen en el campo y sus trabajadores, y que muy pocas veces se escucha últimamente.
Los Cantes de Levante, tarantos, fueron la continuación de un cantaor acompañado por el toque de Domingo Rubichi, que puso tanta pasión y fuerza en su ejecución, que tras la soleá, tuvieron que hacer un pequeño descanso ya que se le rompió una cuerda de su guitarra.
Tras unos minutos, la vuelta fue por fandangos, en los que el estilo del de la Morena es inconfundible y pura transmisión.
El plato fuerte vino con la Cejilla al 1 y por seguiriyas, cómo llega el cante cuando duele de esa forma!El alma en un puño, el corazón por la boca, el maestro se dejó doler y nos dió en lo más profundo de nuestras entrañas.
Un recital así solo puede terminar por bulerías, con el compás por cierto de Luis de la Tota y que dejó un sabor de boca con gusto a Jerez, a sus bodegas y su fino, con ganas de bajar a La plazuela, a San Miguel, de pasear por Santiago, de bajar a la cuna del Cante, de seguir escuchando a don Fernando.
Vive Pasión Flamenca!
Foto y vídeo de Sonsoles Benítez de Soto.



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